Espiral de Ámbar – Capítulo 1: Sueños de peligro

¡Es hora de elevarse y brillar! Les tengo una pregunta, aves madrugadoras: ¿ustedes recuerdan sus sueños?

El mío fue más como una visión, una sucesión fluida de imágenes proyectadas en mi mente. ¡Quizá por eso siento como si se me hubiera sentado un Mino en la cabeza!

Recuerdo que el viento me arrastraba a la deriva hacia una pequeña aldea rodeada por campos de arroz. Caí en lo profundo de un valle con montañas nevadas a la distancia, aunque no reconocía el lugar.

Luego atravesé la tierra sin lastimarme hasta llegar a una cámara oscura. Era una especie de templo o tumba, donde lo único que alcanzaba a distinguir era un jarrón o vasija que se encontraba al lado opuesto a donde yo estaba.

Lo que de verdad me tomó por sorpresa fue la imagen de una mujer con pelo rojo corto, espléndida vestimenta roja y una amable sonrisa. ¡Era mi madre! Yo siempre creí que se había ido, y mi padre nunca desmintió mi creencia. ¿Acaso él me ocultaría la verdad? ¿Será posible que ella esté viva? ¿Por qué nunca habrá venido a buscarme?

La visión fue tan realista que me cuesta creer que haya sido solo un sueño. ¡Quizá encuentre a mi madre si logro llegar a esa aldea! Creo que conozco a alguien que puede ayudarme a dar con ella. Eso, claro, si quiere hablar conmigo, porque todo indica que Chamille ha dejado de conducir su vida por el camino de la nobleza.